Hoy quería contaros que desde que me he leído la trilogía de '50 sombras de Grey' mi vida no es igual. Las que la habéis leído me entenderéis a la perfección; las que no, os animo a que lo hagáis para que me podáis entender...
Son unos libros totalmente adictivos. Me contaba una amiga que su marido se desesperaba porque era incapaz de dejar el libro para ponerse a cenar, yo he de confesar que he estado leyendo mientras intentaba dormir a mi hija pequeña en la hamaca y conozco records de leerse la trilogía en una semana…
A mi los libros me los habían recomendado por muchas vías, y cada una me decía una cosa. “Que si tu vida cambiaba”, “que si me iba a separar”, “que mejoraba tu vida matrimonial”...
La verdad es que falta de razón no tenían porque tu vida cambia, porque ves como una chica normal se va con un superhombre, que con algunos defectillos te acabas enamorando perdidamente de él.
Separarme no, pero casi. Cuando comparas al señor Grey con el que duerme a tu lado, se te cae el alma a los pies, sobretodo si comparas la parte del romanticismo. (No seáis mal pensadas…jaja ). A continuación os dejo algunas frasecillas que el Señor Grey le dedica a su chica para que os hagáis una idea:
“Mi misión en la vida......es mimarla, señora Grey. Y mantenerte segura porque te quiero”.
“La canción que más me gusta del mundo es tu risa. “
Y por último, mejorar tu vida matrimonial, pues hasta cierto punto también, cuando asumes que no te vas a separar para buscar a Grey, piensas, que dentro de lo que tienes vas a intentar que vaya lo mejor posible, así que algo sí que mejora.
Pero bueno, volviendo al título. ¿Pensais que existe Christian Grey? Yo pienso que todos los hombres son un poco Grey (salvando algunas diferencias) cuando empiezas la relación y que, poco a poco, inexplicablemente, se convierten en Hommer Simpson. ¿Por qué? Ni idea, pero sigo pensando en ello…
Besos. Cris (Un post escrito por la “diosa que llevo dentro”)
PD: Uno aprende a amar, no cuando encuentra a la persona perfecta, sino cuando aprende a creer en la perfección de una persona imperfecta.